de Lori Reesor, Ph.D., vicerrectora de Asuntos Estudiantiles
El otro día estaba conduciendo hacia el campus y me llamó la atención una noticia sobre la Generation Z (Generación Z). Por lo general, no le doy mucha importancia a las comparaciones generacionales, todos hemos tenido problemas que nos han moldeado, pero esto se sintió importante.
Nuestros estudiantes universitarios de hoy han crecido con:
- un ataque a nuestra nación el 9/11 (11 de septiembre de 2001) que condujo a una guerra de 20 años
- la Gran Recesión de finales de la década de 2000
- tiroteos en escuelas y simulacros de encierro
- un aumento en el activismo por la justicia racial
- las redes sociales como norma
- una pandemia
El investigador de Harvard University, John Della Volpe, compartió lo siguiente en la entrevista: “No creo que haya ninguna generación en 75 años, desde la Greatest Generation (Generación Grandiosa), que haya enfrentado más caos más rápidamente en sus jóvenes vidas que la Gen Z”.
Eso es difícil de negar.
Cuando examinamos las condiciones en las que esta generación ha llegado a la mayoría de edad, vemos la crisis de salud mental que muchos estudiantes universitarios están experimentando hoy (una que quizás usted haya atravesado junto a ellos) como un producto de problemas sociales más profundos. Nuestros estudiantes no solo están respondiendo a circunstancias individuales; están pasando sus años formativos, francamente, aprendiendo a sobrevivir.
Pero no todo es pesimismo. La otra cara de la moneda es que la Gen Z ha sido condicionada para ser resiliente, para encontrar la solidaridad en la comunidad, y están decididos a hacer un cambio positivo en su mundo.
Entonces, ¿dónde nos deja esto como padres, familias y administradores universitarios? ¿Cómo podemos ayudar a nuestros estudiantes a sobrellevar el peso del mundo que los rodea mientras los apoyamos para que se conviertan en los ciudadanos globales comprometidos que sabemos que pueden ser y son?
Me encanta pensar en esa respuesta a través de la lente de esta cita de David Hogg, un estudiante sobreviviente del tiroteo de 2018 en la Marjory Stoneman Douglas High School en Parkland, Florida: “El cambio duradero requiere más que la determinación de los jóvenes: requiere una coalición entre generaciones”.
En UW–Madison, nos esforzamos por crear una comunidad de cuidado para todos nuestros estudiantes. Y los necesitamos a ustedes como padres y familias para apoyar este esfuerzo. Aquí sugerimos algunas maneras de hacerlo:
- Hágale saber a su estudiante que le importa. Todos podemos relacionarnos con los sentimientos de agotamiento y cansancio, los cuales se han intensificado estos últimos años. Hable con su estudiante para recordarle que usted está allí, tal vez usted también lo está sintiendo, y que lo está alentando.
- Suponga que hubo buena voluntad. Admito que como padre, cuando escucho una preocupación de mis hijos, a veces mi primera reacción es culparlos o preguntarme cómo llegaron a esa situación. En el trabajo (y en casa) me recuerdo constantemente que debo suponer que hubo buena voluntad. Al abordar conversaciones difíciles, diríjala con compasión y comprensión mientras mantiene los límites y las expectativas que realmente importan. Es posible que esto requiera un oído paciente y algo de reflexión de nuestra parte.
- Demuestre gracia, compasión y bondad para que sirva como modelo. Más allá de hablar con nuestros estudiantes y alentarlos a tomar medidas a través de la adversidad, también podemos (y debemos) demostrarles cómo es vivir nuestros valores para que sirva como modelo.
El contexto en el que han crecido nuestros estudiantes todavía está muy presente: desafortunadamente, siempre habrá un trauma o algún elemento de confusión, y sé lo difícil que ha sido esto para nosotros como padres. Pero la necesidad de continuar apoyando a nuestros estudiantes durante estos importantes momentos formativos de sus vidas y los momentos de cuidado, buena voluntad y gracia son los que los sostendrán.
Cuídese mucho y recuerde que estamos aquí para usted y para sus estudiantes.
On, Wisconsin!